miércoles, 26 de agosto de 2009

Con orgullo en el pecho.

Me expreso hacia ti de esta manera, donde quiera que te encuentres, porque muchas palabras de poemas que encontré en el mundo no abarcaban tu magnificencia.

Me gustaría gritarte porque te fuiste y me dejaste en el abandono,
Me gustaría degollar al desgraciado que me arrebató tu cariño,
Me gustaría quitarme la vida para alcanzarte pronto,
Me gustaría tener dos vidas para disfrutarte más de lo que noto.
Pero la realidad me duele, y me destroza el alma no tenerte,
En mis ojos se nota el desahogo, estas lágrimas que no se agotan,
Y la ira me descontrola, me hace perder la cordura;
Hoy culpo a la vida, a la muerte, a dios y al diablo
¡Pero ninguno ha de traerte!

Me disculpo por mi inconsciencia,
Recordarte, traerte a mi memoria para estas blasfemias,
Sólo para que notes mi sufrimiento: lo lamento,
Es que no pude decirte cuánto te amé, ni cuanto te amo.
Lo admito con orgullo: ¡Te extraño, y siempre te amaré!

Te agradezco con mis húmedos ojos, con mi corazón partido
Que fuiste más que mi sangre, más que un maestro y un amigo,
Siempre estuviste a mi lado, y me enseñaste que el miedo era vano.
Sé que lloro, te recuerdo en mis brazos,
Y así recuerdo tus adorables besos.
Esta mezcla de felicidad y coraje me acompleja.
Me alegra que ya no tengas que lidiar con este puto mundo
Pero odio saber que te nos adelantaste.
Sin embargo, hoy te prometo:
¡Seguiré adelante, cariño! ¡Honrando tu memoria!
¡Seguiré hasta que te alcance! ¡Con todo lo que me enseñaste!
Porque te amé, te amo y siempre te amaré.

Detallo que en esta ocasión no sólo hablo por mí, tal vez lo ángeles de la tierra me ayudaron para agradecer la compañía de esta gran persona en el mundo mortal.

Te amamos, pronto nos encontraremos; ojete, me da coraje y alegría, te nos adelantaste, pero ya te alcanzaremos, y ya tendremos mucho más tiempo. Hasta pronto.

miércoles, 19 de agosto de 2009

Recuperando la Cordura.

Tal vez el mundo ha desgastado a este desgraciado, su servidor; quizás las palabras que pasan por la dura prueba del tiempo tornan a pintarse ambiguas o monótonas de mi parte. Pero si he de ser sincero con mis sueños, debo recuperar la cordura, regresar al escritorio de la imaginación y recrear, inventar, desarrollar y exprimir todas las ideas que tal vez no adquirí en vano durante todo este tiempo que estuve ausente. He estado pensando: tal vez en verdad los escritores necesitan inspiración, pero el asunto también me aturde; si soy tan atrevido que puedo calificarme como un escritor, entonces debo ser capaz de inspirarme bajo el velo de la simplicidad. Simplicidad, ¡exprimiré mi sencillez!:

Te recuerdo, te necesito, te anhelo entre mis brazos y sin embargo, ¡te estás alejando!
Te alucino, te imagino y sé que ¡tus labios ya no son míos!
Me repugno, me denigro y me martirizo, ¡por soltarte de mis manos!
Me desangro, me asfixio y desvanezco; pobre rata, ¡desconoces las primicias!:
Pisoteándote el ego, matarte en mis versos, retorciéndote el cuello, tal vez ha sido miedo…
Destrozando tus miembros, desgraciada en el suelo, pútridos besos…
Tu aroma asqueroso, mirando tus ojos, dejé en el abandono a mi bufón…
Al escuchar tus palabras, al imaginarte contenta y sabiendo que existes…
¡Me inspiras! Me haces falta, bien notas, ¡eres el odio en mis palabras!

Pues creo que por ahora, con esto he de re-comenzar. Muchas gracias a todos aquellos que aguardaban por algún escrito nuevo. Ojalá esta blasfemia sea de calidad, y que logre conseguir una sonrisa en sus rostros, oh, maravillosos lectores. Ansioso seguiré al tanto de opiniones, sugerencias y críticas. Buenas noches.