Hoy tengo ganas de olvidarme de lo que existe,
de lo que fue y de lo que tal vez nunca aparezca.
Hoy tengo ganas de gritarme muy cerca del oído,
de quitarme los ojos y recostarme sobre el pasto humedecido;
decir: "carajo, basta", y contemplar la simpleza.
Y callarme sería imposible, escucho ecos de mi agonía;
mi piel acepta abatida, carencia de luz tranquilizadora.
Fragancias amenas intentan avivar mi alma perdida,
y lucho impasible contra la libertad prometida.
¡Pero qué demonios! ¿Dónde ha quedado la cordura?
Mi mente aturdida aún sigue pensando tonterías.
Carajo, ¡Basta!
El infinito sigue en mis manos todavía.
de lo que fue y de lo que tal vez nunca aparezca.
Hoy tengo ganas de gritarme muy cerca del oído,
de quitarme los ojos y recostarme sobre el pasto humedecido;
decir: "carajo, basta", y contemplar la simpleza.
Y callarme sería imposible, escucho ecos de mi agonía;
mi piel acepta abatida, carencia de luz tranquilizadora.
Fragancias amenas intentan avivar mi alma perdida,
y lucho impasible contra la libertad prometida.
¡Pero qué demonios! ¿Dónde ha quedado la cordura?
Mi mente aturdida aún sigue pensando tonterías.
Carajo, ¡Basta!
El infinito sigue en mis manos todavía.