lunes, 27 de diciembre de 2010

¿Dónde estás?

Hoy estoy triste y silencioso; callado, temeroso esperando a que un haz de luz purifique los gestos que guarda celosamente mi alma. Pero ingenuo evito corazones benditos y apuñalo, más bien, pechos inviolables que me levantan con agrado.

Me percato de maravillosos cielos despejados en mundos distintos, que despreocupados se tornan rojizos al amarse, azules al mirarse. Y mi envidia desprecia tales agrados, el aire que llega a mi pecho parece quemarme desde dentro, y sólo, sólo me veo impotente, contemplando la majestuosidad y fuerza del amor perfecto.

Ansío con fuerza que mi corazón se quebrante, y que sangre como aquella vez primera con impaciencia; que la mente se obscurezca por simplezas, y que motive a delirar incoherencias. Pese al intenso y fatigoso desaire, tonto y cautivo de temores inciertos, me atrevo a gritarle con fuerza a los vientos: ¡Qué maldita la hora donde todo ha sido desgaste!

Insensible es el tiempo ahora que en el mundo contempla penas monstruosas. Su poder insuperable sólo se jacta de falsedades; no cesa, y el control ha escapado de la cordura. Otro día todo ha de ser pagado.

Ese amor perfecto, tal vez llegue y limpie el universo, ese amor tal vez acabe con todo…

Ansío lloroso implorando franqueza…

Ansío delirante un poco de… destello.

domingo, 21 de noviembre de 2010

Despedida...

Ha pasado más de un año, y los expertos afirman que son últimos suspiros. Los latidos disminuyen y su hablar es despacio, pausado y cansado.

Aunque se ha intentado todo para reavivar esa sonrisa creativa, los esfuerzos han sido vanos o tal vez mal enfocados. Sus ojos languidecen y de ellas brota esperanza que se fuga lentamente.

Afuera aún quedan amigos que entristecen, pues ya dan por hecho que todo está perdido, y aunque cruzaban los dedos anhelando un milagro, uno a uno fueron desapareciendo olvidando lo importante que había sido.

Diríase tal vez, que fue tiempo perdido, que cada minuto invertido fue derrochado.

Su despedida silenciosa parece mostrársenos como una tranquilidad confusa, como un sueño maldito.

De repente suelta aullidos y jala las cobijas en su cama, su rostro que figura un dolor insoportable destroza las ventanas. Comienza a sangrar e intenta sonreír de nuevo.

Suspira… y dice gracias apretándose el pecho.

Ya no queda nadie, sólo las cuatro paredes de esa habitación, y tal vez sí, ha sido el último suspiro…

martes, 26 de octubre de 2010

La duda.

-Soy un escritor fracasado que realmente sólo une palabras por simple necesidad de liberación emocional. Muchos de mis trabajos son tan malos que ni siquiera he podido darles un final, y si lees alguno, notarás que es básicamente mi vida hecha novela en muchos capítulos. Lo realmente irónico, es que me parece lo mejor o hasta lo más conveniente que puedo hacer. No, no te burles, es verdad.

-Sinceramente, yo creo que exageras. Son trabajos estupendos, algo biográficos, y se nota, pero son muy buenos; esto te lo digo porque bien o mal, una sonrisa o de menos coraje me ha provocado alguno de ellos. Es obvio que no conoces de corrientes, te falta mejorar redacción y vocabulario, pero sólo es cuestión de adentrarse más en este mundo tan fabuloso, uno no nace sabiendo

-No digo que sean porquería, después de todo, por eso lo hago, y por eso trato de enseñárselos al mundo; pero qué diablos…

-Mira, verdad es que me sorprenden bastante, pues en muchos aspectos, hasta me parece que piensas como yo; sólo debes esforzarte más.

-¿Sabes? También lo he creído en algunas ocasiones: no somos tan diferentes, y me asusta… de hecho te tengo una sorpresa, cierra los ojos…

-¿Por qué, qué es? Listo, ya.



-Lo siento, pero más vale pedir perdón que pedir permiso, puedes golpearme si quieres…

-Cállate, tonto, ven…
Actualidad:
Sí, de esas dos maneras me siento el día de hoy...

sábado, 23 de octubre de 2010

Conjuro.

Queman los gritos, huelen destrozando universos que sudan pasión…
Padecer que congela la vista, obscuridad que ilumina falsas sonrisas…

Lloran los infiernos al escuchar que el tiempo se levanta contra el infinito…
Se desangran los cielos al sentir que los custodios y engendros destierran al amor…
Angélicos brazos se llenan de espinas que perforan oídos…
El campo desaparece… la tierra se evapora…

¡Elévense, despiadados desechos del espacio perpetuo!
Quebranten lo que en el planeta despida franqueza…
¡Petrifiquen y violen aquello que muestre inocencia!

Suelta tus cuerdas del desprecio, controla los mundos infestados de belleza,
pervierte, agudiza su simpleza, que los aturda tu risa y destreza.

Hipócrita maestro de seducción y desastre…
Escucha los ruegos de un alma agobiante: corazón putrefacto…
Calcina esos momentos de dolor incesante, de amor quebrantante…
Que la existencia se vuelva potente, ¡desesperante!

Satisface ahora los sentidos que han sido descuidados…
Perfora, hunde, desgarra y devora la vida,
Deshazte de la carne y la sangre…
Que las carcajadas en tu llanto apaguen lo visible.

¡Olvida las cadenas, despedaza los sueños que sólo molestan!
Arranca inspiraciones, y vuelve a sentir el lodo de tu estirpe.

Les invoco, y les entrego las llaves…
Que por primera vez escuchen el rugir del olvido…
¡El resentir del silencio!

Les despierto y les ruego poder…
¡Que ahora desaparezca el firmamento!

Les libero… les entrego mi cuerpo…