sábado, 16 de octubre de 2010

Porque quiero, no porque debo...

Me gusto al leerme... definitivamente nunca podré crear con mis manitas y mi bruto cerebro algo como lo que hace Milan Kundera, Fiódor Dostoyevski o incluso Isaac Asimov (tal vez un pecado para los conocedores…), y nótese que me es imposible no reír de la curiosa situación en la que me encuentro…

Uno de los escritos más dignos de ser nombrados como buenos dentro de mi repertorio es: “Abismo”. Esta exageración, esta exposición tan dramática de lo que me ha rodeado y me rodea, admito: es un orgullo personal. Sin duda muchos curiosos animalitos del bosque han presentado irrefutables opiniones que destrozan mi ilusión de que vale la pena aquel trabajo espontáneo. Y están, otros tantos, que han gozado enormemente de aquella novelita barata, tal vez porque es digna de ser transmitida en el canal 2 de la tv abierta… aunque quizá ni eso. Lo acepto… también mi sarcasmo es malo.

Vaya que es un problema muy grande para… mi alma no, ni mi cabeza… digamos: mi “algo”. Sí, un problema muy grande para mi algo (aunque suena un poco sucio); estas circunstancias por las que me he obligado a explorar “nuevos horizontes” me han bloqueado en la forma literal (no literal, sino en relación a las letras).

Cuando era pequeño (sí, porque nótese que ya estos 20 años me pesan) soñaba con ser, creo que policía, porque son buenos y ayudan a la gente y encierran a los malos… bueno… ¡era un niño! Y después quise ser maestro, porque son buenos y me enseñan las letritas, los coloritos y los numeritos… o me mandan a ver obras extrañas que nada tienen que ver con la materia que imparten, o me cuentan cuando eran jóvenes y eran felices… no recuerdo qué más quise ser. ¿Saben? Hoy soy grande, y hace unos dos años pensaba en ser escritor, para cambiar al mundo y bla bla; luego en ser psicólogo, para dominar al mundo y bla bla, sólo que mi incorruptible ser y mi gloriosa virtud me lo impedían, así que descubrí que me proyecto en todos y que eso es malo y patético; entonces… quiero ser… no lo sé, ¿diferente? Un escritor que moldea ecuaciones trigonométricas en una novela que explota la realidad social para concientizar y así convencer de conservar ese universo maravilloso que tienen los infantes… ¡bah! Las patrañas ya se hacen amigas mías.

Hasta ahora no conozco ese escritor que se entrena para crear obras majestuosas dignas de los dioses, o tal vez mis corrientes y mortales ojos no lograrían percibir o comprender tales obras maestras.

Qué complicado es decir: “¡Qué mierda es esto!”, “Apestas, no lo vuelvas a hacer”, “¿Y se supone que tú te dedicas a esto?”, “Más de lo mismo…”. Qué complicado es, puesto que realmente no soy nadie que haya de comprender aquellos mensajes tan intelectuales y superiores que nuestros escritores amateurs intentan incrustar en nuestras cabezas… qué complicado…

Yo no sé escribir, más bien mi cabeza es una inútil masa que apenas y podría funcionar para hacer sumas y restas. Ah, porque ¿sabes? Tal vez termine de ingeniero.

-¡Qué comparación tan absurda! Asimov fue bioquímico…

Sí, me gusta mucho leerme. Dicen las malas lenguas que soy un ególatra. Y honestamente creo que eso infla mi ego.

¿Alguien que me recomiende algún libro?

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Tú qué haces?

2 comentarios:

Anónimo dijo...

te puedo decir 3 books
1.- por si quieres pasar un buen rato:" Colorín Colorado este cuento aún no se ha acabado" de Odin Dupeyron.

2.- "Cuentos de muerte" de Craig russell, trata sobre algunos cuentos de los hermanos Grimm, pasado a novela policiaca.

3.- es "1984" de George Orwell.

Pamela dijo...

Historia de una desconocida y otros cuentos libertinos, de Guy de Maupassant.